Ganado en Tierra de Cultivo

Agricultura regenerativa: Capturando CO2

10/08/2023
Xesús Álvarez
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Introducción

La capacidad de la agricultura regenerativa para capturar y almacenar carbono en el suelo constituye un avance significativo en la lucha contra el cambio climático. A medida que la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera continúa aumentando y contribuyendo al calentamiento global, la captura y el almacenamiento de carbono en los sistemas agrícolas se han convertido en estrategias esenciales para mitigar los impactos ambientales y promover la resiliencia.

Agroforestería

Una de las prácticas clave que impulsa la captura de carbono en la agricultura regenerativa es la agroforestería. Este enfoque consiste en la integración de árboles y arbustos en sistemas agrícolas, ya sea intercalándolos entre los cultivos o estableciendo áreas dedicadas. Los árboles no solo actúan como sumideros de carbono, absorbiendo el dióxido de carbono de la atmósfera durante la fotosíntesis, sino que también aportan una serie de beneficios adicionales. Estos incluyen la reducción de la erosión del suelo, la mejora de la biodiversidad, la creación de microclimas favorables para los cultivos y la provisión de recursos maderables y frutales.

Siembra directa

La siembra directa es otra técnica fundamental para la captura y el almacenamiento de carbono en la agricultura regenerativa. En contraste con las prácticas convencionales de labranza, que perturban el suelo y liberan carbono almacenado, la siembra directa implica la siembra de cultivos sin labrar o arar el suelo. Esto ayuda a preservar la estructura del suelo y a mantener intactas las reservas de carbono. Además, la materia orgánica de los restos de cultivos anteriores se incorpora al suelo a medida que se descomponen, enriqueciendo el contenido de carbono.

Reducción de la labranza

La reducción de la labranza, también conocida como labranza mínima, es una estrategia estrechamente relacionada con la siembra directa. Consiste en limitar la perturbación del suelo tanto como sea posible durante la preparación y el manejo de los campos. Al evitar la labranza intensiva, se reduce la oxidación del carbono orgánico del suelo y se conserva su estructura y contenido de nutrientes. Esta práctica también promueve la actividad microbiana en el suelo, lo que contribuye a la formación de agregados de suelo y a la retención de carbono.

Beneficios ambientales y climáticos

La captura y el almacenamiento de carbono en el suelo a través de la agricultura regenerativa tienen efectos beneficiosos tanto a nivel ambiental como climático. La reducción de las emisiones de dióxido de carbono y la mejora de la salud del suelo no solo ayudan a mitigar el cambio climático, sino que también aumentan la resiliencia de los sistemas agrícolas ante eventos climáticos extremos. Además, el aumento del contenido de carbono en el suelo mejora la retención de agua y nutrientes, lo que a su vez contribuye a la producción de cultivos más saludables y abundantes.

En resumen, la captura y el almacenamiento de carbono en el suelo a través de prácticas regenerativas no solo ofrecen un camino efectivo para combatir el cambio climático, sino que también promueven la sostenibilidad y la prosperidad a largo plazo de los sistemas agrícolas. Al incorporar técnicas como la agroforestería, la siembra directa y la reducción de la labranza, los agricultores regenerativos están desempeñando un papel vital en la construcción de un futuro más resiliente y equilibrado desde el punto de vista ambiental.

Creditos imágenes

Imagen de cabecera: Foto de Anton Sharov en Unsplash

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